Autor: Eduardo Sánchez
Práctica 1.- Comentario de la tabla de consumos de tipos de energía recientes y previstos en España.
La tabla presenta datos
estadísticos sobre el consumo de energía primaria en España en 2000 y 2006, así como las previsiones para 2012, en % y en Ktep
(miles de toneladas equivalentes de petróleo, siendo una tep igual a 10
elevado a 7 kcal). La energía primaria está constituida por las fuentes de
energía tal y como se encuentran en la naturaleza, sin ninguna transformación.
El consumo de energía
primaria en España se basa en el petróleo, utilizado especialmente para
la obtención de derivados para el transporte y la industria, y en una
proporción cada vez menor, para la obtención de electricidad en centrales de
fueloil. Su consumo tiende a disminuir
debido a la sustitución por el gas en las centrales termoeléctricas; a
la implantación de una mayor eficiencia energética, como forma de ahorrar y de reducir su impacto
medioambiental, sobre todo en el calentamiento climático, y al incremento de la producción de biocarburantes para el
transporte. No obstante, en 2006
representaba más de la mitad del consumo de energía primaria de España.
Dado que la producción nacional de petróleo es insignificante, resulta
necesario realizar costosas importaciones para cubrir el elevado consumo.
Al consumo de petróleo seguía en importancia en 2000 el de carbón, empleado
principalmente en la producción de
electricidad en centrales térmicas, y en menor medida en la industria
siderúrgica y en la construcción. Su consumo tiende a reducirse debido a los
problemas que presenta la minería del carbón: algunos ricos yacimientos
se han agotado y otros son de baja calidad, lo que limita su uso; ha disminuido
la demanda doméstica e industrial; la explotación es cara, pues un tercio de
las minas son subterráneas, con vetas muy fracturadas y delgadas, que impiden usar máquinas potentes; y el mineral suele
presentarse con poca limpieza,
exigiendo tareas de lavado y provocando un elevado impacto medioambiental,
manifestado sobre todo en las emisiones de azufre, responsables de la lluvia
ácida, y de CO2, causantes del calentamiento climático. Además, la entrada en la Comunidad
Europea liberalizó los precios frente al proteccionismo tradicional y obligó a
realizar una reconversión que ha supuesto la reducción de la producción. Por
todo ello, en 2006 el carbón perdió su segundo lugar en el consumo energético en favor del gas natural y se
prevé que su consumo siga disminuyendo.
El
consumo de gas natural se centra en el uso
calorífico en la industria y los hogares; en la obtención de derivados en la
industria petroquímica, y cada vez más en la producción de electricidad en
centrales térmicas, y en un número creciente de centrales de ciclo
combinado y de cogeneración. Su consumo se ha incrementado considerablemente,
y seguirá creciendo hasta 2012, gracias a las ventajas que ofrece: alto
poder calorífico, precio más bajo y menor contaminación, al
carecer casi de azufre. La insignificante producción nacional obliga a realizar
cuantiosas importaciones
para cubrir el consumo.
El
consumo de energía nuclear se destina
fundamentalmente a la producción de electricidad y, en menor medida, a otros
usos como la medicina, la conservación de alimentos y la biotecnología. Su consumo
tiende a descender, debido al mantenimiento
de la moratoria nuclear, al cierre de la central de Zorita en 2006 y al
crecimiento del consumo de otras fuentes, como el gas natural y las energías renovables. En España, la producción nuclear
abastece el 100% del consumo, aunque es necesario importar el mineral de
uranio utilizado.
El consumo de energías renovables incluye
la hidráulica, usada fundamentalmente para la producción de electricidad, y las
energías alternativas: la eólica (producción de energía
mecánica o eléctrica), la biomasa (energía térmica, eléctrica, biogás y biocarburantes), la solar
(energía térmica y eléctrica) y, en menor medida, la geotérmica (energía térmica) y la maremotriz (energía
eléctrica y mecánica). Su consumo
ocupaba el último lugar entre las fuentes de energía primaria en el año 2000, pero
tiende a incrementarse y se prevé que en 2012 supere a la energía nuclear. Las causas son las ventajas que ofrecen estas fuentes
de energía: son inagotables, poseen una elevada descentralización,
permiten reducir la dependencia externa de las fuentes de energía no renovables y presentan un mínimo impacto
medioambiental, por lo que son fundamentales para reducir el importante
papel desempeñado por las fuentes no renovables en el calentamiento de la
atmósfera, responsable del cambio climático. En su lucha contra el
calentamiento global, la Unión Europea se ha comprometido a aumentar el
consumo de energía renovable hasta el 20% en el período 2012-2020 y a incrementar el consumo de biocarburantes hasta el 10%,
medidas que resultan de obligado cumplimiento para España.
Práctica 2.- Comentario del mapa donde se localizan las principales
centrales hidroeléctricas de España.
El mapa muestra la distribución
de las principales centrales hidroeléctricas de España. Estas utilizan el agua embalsada en presas y lagos, que se
hace saltar por tuberías y mueve turbinas conectadas a un generador que
transforma la fuerza mecánica en electricidad.
La localización de las centrales hidroeléctricas se
concentra, por tanto, en las zonas que reúnen
precipitaciones abundantes y regulares, que alimentan ríos o lagos
susceptibles de embalsar el agua; y una topografía abrupta o con desniveles del
terreno que facilitan el salto del agua con la suficiente altura y energía.
Estas zonas, como se aprecia en el mapa, son
fundamentalmente tres: las cuencas de los ríos del ángulo noroeste
peninsular, las cuencas de los ríos Duero y Tajo y las cuencas de los ríos
pirenaicos.
–
El ángulo noroeste peninsular incluye
las cuencas de los ríos de la vertiente cantábrica correspondientes a este
tramo y las cuencas de los ríos de la vertiente atlántica norte. Esta zona
posee un clima oceánico, con precipitaciones abundantes, por lo que los ríos
son caudalosos y regulares. Además, salvan fuertes desniveles debido a la
proximidad de las montañas en que nacen y su desembocadura en el mar.
–
Los ríos Duero y Tajo son caudalosos
por los aportes de los afluentes que reciben, nacidos en los sistemas montañosos que bordean sus cuencas.
Las centrales hidroeléctricas se concentran en el tramo final, cerca de la
frontera portuguesa, aprovechando el desnivel topográfico existente en esta
zona entre las depresiones terciarias y la penillanura paleozoica.
– Los ríos pirenaicos, especialmente los
afluentes del Ebro, reciben la precipitación en forma de lluvia y de nieve de
los Pirineos y salvan fuertes desniveles topográficos ente la cordillera y su desembocadura en el Ebro o en
el mar Mediterráneo. Por eso se construyeron en ellos centrales hidroeléctricas
desde principios del siglo XX
para abastecer de energía a la industria catalana.
–
Otras centrales se
reparten más aleatoriamente por las montañas del interior peninsular, aprovechando los
puntos que reúnen agua y un desnivel suficiente ligado a la existencia de relieves
montañosos.
–
La práctica inexistencia de centrales hidroeléctricas destacadas en la mitad oriental peninsular, excepto las pirenaicas, se
explica por la escasez de precipitaciones y la fuerte evaporación. Y en el caso de las islas Baleares
y Canarias también por la ausencia de ríos.
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