jueves, 19 de marzo de 2015

Tema 18.- Las estructuras de la población en España. Peculiaridades de Castilla y León. (Práctica)

Autor: Eduardo Sánchez


Realiza un comentario de la pirámide de población española de 2010


Pirámide de edades de España. Año 2010

A) Aspecto general e incidencias más notables de su estructura.
1. Aspecto general
– Estructura por sexo
Como es habitual, en España nacen más varones que mujeres (la barra de los 0-4 años es más larga del lado de los varones). La superioridad numérica masculina se mantiene hasta los 50-54 años, y a partir de entonces predominan la; mujeres, de modo que, al final, los efectivos de las ancianas son considerable mente superiores a los de los ancianos.
Las causas de esta situación están relacionadas con la mayor esperanza de vida de las mujeres. Estas tienen más fortaleza biológica por motivos hormo­nales e inmunológicos; han reducido considerablemente la mortalidad en el parto y postparto (nacimientos en clínicas, progresos de la medicina), y hasta épocas recientes han tenido un estilo de vida con menor exposición a los facto­res de riesgo de muerte. En cambio, los hombres han tenido tradicionalmente una participación más directa en las guerras; trabajos más duros, con mayor desgaste físico y probabilidad de accidentes; incidencia más alta de hábitos nocivos en exceso, como el alcohol y el tabaco; hábitos alimentarios y de vida más desordenados; y menor cuidado por su salud.
Estructura por edad
La estructura por edad se deduce de la forma de urna de la pirámide. La base es estrecha, debido al bajo porcentaje de jóvenes y se remete desde hace treinta años (a pesar de la ligera recuperación de los últimos cinco años), indicando una natalidad baja y en descenso. En cambio, la longitud de las barras de los ancianos muestra un importante volumen de población de 65 años y más, indi­cativo de una elevada esperanza de vida.
Las causas del envejecimiento de la población han sido, por tanto, el descen­so de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida.
El descenso de la natalidad, causante del envejecimiento demográfico por la base de la pirámide, se ha debido a numerosos motivos. La situación eco­nómica ha retrasado la edad del matrimonio, debido primero a la crisis de 1975, que ocasionó un grave aumento del paro; y luego, a la precarización de los contratos laborales y al alto precio de compra y alquiler de viviendas, que dificultan la emancipación de los jóvenes, prolongando su período de formación y permanencia con los padres. Además, los cambios sociales en cuanto a mentalidad y valores a partir de la transición a la democracia (1975) han colaborado al descenso de la natalidad. Ha disminuido la influencia re­ligiosa; se han despenalizado y difundido los anticonceptivos; y se ha legali­zado el aborto en cierto supuestos. Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar y retrasan la maternidad hasta consolidar su situación laboral, de modo que la mayoría de los nacimientos se producen en el grupo de los 30-34 años, y muchas tienen dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, ante la escasez de guarderías a precios asequibles y el mantenimiento de comportamientos sexistas en el reparto de tareas do­mésticas y en el cuidado de los hijos. Estos ya no se consideran como seguro de vejez de los padres, ante el progreso de la protección social, sino que se aprecia su formación y bienestar, por lo que se prefiere tener menos y aten­derlos mejor. Además, los gastos que ocasionan y la dedicación que requie­ren compiten con el deseo de los padres de disponer de más ingresos para el consumo y de más tiempo libre para el ocio. Por otra parte, han ganado importancia las relaciones de pareja sobre las reproductoras y de cuidado de los hijos, y han surgido formas familiares distintas del matrimonio y menos prolíficas (cohabitación, hogares monoparentales de divorciados, maternidad en solitario). La ligera recuperación de la base en los últimos cinco años se ha debido a un ligero incremento del número de hijos por mujeres españolas, vinculado posiblemente a las ayudas a la natalidad, y sobre todo a la inmigra­ción, que aporta mujeres en edad fértil y con valores más altos de natalidad que las mujeres españolas.
El aumento de la esperanza de vida, causante del envejecimiento por la cima de la pirámide, se ha debido al incremento del nivel de vida (mejora de alimentación y del nivel educativo y cultural, que favorece la prevención y el abandono de costumbres nocivas para la salud), los avances médicos y sanitarios y la extensión de la sanidad pública.

2. Incidencias más notables de la estructura de la pirámide
En el perfil de la pirámide se aprecian entrantes y salientes que muestran la reper­cusión demográfica de determinados hechos históricos en los últimos cien años. Empezando por la cima de la pirámide pueden distinguirse los siguientes:
  En las últimas barras de la pirámide, la diferencia de efectivos demográfi­cos a favor de las mujeres se debe a su mayor esperanza de vida y también a que en estos años se encuentran los hombres que combatieron y murieron en la Guerra Civil, dado que estaban en edad militar cuando estalló el conflicto (20-24 años).
  Entre los años 1936-1940 existe un entrante motivado por la reducción de la natalidad durante la Guerra Civil y por el exilio de miles de personas tras el conflicto. Además, la situación se vio agravada porque las personas que debían procrear entonces eran también escasas (generación hueca de los nacidos en menor número a causa de las guerras de finales del siglo XIX y de la epidemia de gripe de 1918).
  Entre los años 1941 y 1960, no se aprecia la fuerte recuperación demográfica que suele seguir a las guerras (“baby boom posbélico”), ya que se vio conte­nida por las dificultades de la posguerra: bloqueo internacional al régimen de Franco, autarquía económica, desabastecimiento y carestía. También influyó la pérdida de población ocasionada por la emigración a Europa.
  Entre los años 1961 y 1970 los efectivos demográficos se recuperaron al in­crementarse la natalidad (“baby boom” posbélico retrasado) gracias a la fina­lización de la autarquía (Plan de Estabilización de 1959) y al comienzo de una nueva etapa de desarrollismo económico, basado en la mecanización del cam­po, en el impulso de la industria y en el auge del turismo. A ello se sumó una reducción de la mortalidad, debida a la mejora de la medicina; la extensión de la seguridad social; la generalización de los nacimientos en clínicas; el progreso de la pediatría, y la mejora del nivel de vida. La recuperación habría sido aún mayor de no haber sido por una importante corriente emigratoria a Europa, que ofrecía entonces abundantes puestos de trabajo y elevados salarios, que atraían principalmente a la población joven y en edad de procrear.
  Entre 1971 y 1980, el crecimiento de los efectivos tiende a estabilizarse. La extensión  del modo de vida urbano obliga a reducir el tamaño de la familia; corresponde procrear ahora a las generaciones menos numerosas nacidas du­rante la guerra y la posguerra (al ser menos, tienen un menor número global de hijos); y el inicio de la crisis económica de 1975 provoca un descenso de los nacimientos.
  Desde 1980, la base de la pirámide se retranquea, debido a la reducción de la natalidad causada por los factores económicos y sociales ya comentados. En los últimos años, la llegada a España de un elevado volumen de inmigrantes extranjeros aporta más mujeres en edad fértil y con una tasa de fecundidad más elevada, que ha provocado una leve recuperación de la natalidad, plasmada en el ligero saliente de la barra de la pirámide en el grupo 0-4 años.
B) Valoración de la situación demográfica de España que refleja esta pirámi­de de edades
La pirámide de edades refleja un fuerte envejecimiento de la población es­pañola, con importantes repercusiones negativas sobre el gasto en pensiones, sanidad y atenciones sociales para los ancianos.

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